El Tantra no es una técnica o una práctica es una filosofía de vida dónde su meta es la realización del espíritu por medio del autoconocimiento. Cuando esté conocimiento se libera, es capaz de lograr un entendimiento de nuestro universo y de las leyes que lo rigen.

El Tantra no suprime la condición humana, todo lo contrario, la enaltece como vehículo para la iluminación. El Tantra es una celebración de la vida y por medio de él es que se experimenta la más profunda conexión de amor, creación y manifestación.

Nuestra sexualidad ha sido a través de los tiempos, degradada, condenada y canalizada a la vulgarización. Sin embargo, nuestra sexualidad es una de las capacidades más maravillosas que tenemos para evolucionar y crecer como seres humanos espirituales. Una vez descubrimos que el sexo va más allá de las fronteras físicas comenzamos a entenderlo como uno de los actos más sublimes y trascendentes que un ser humano puede concebir, entonces nuestra intimidad se convierte en un acto de pura creación, amor y manifestación.